Arquitectura amplificada

Arquitectura amplificada.

¿Qué nos quiere decir la naturaleza? ¿Podemos escucharla? 

Un grupo de estudiantes de la Academia de Artes de Estonia (EAA), encabezado por Brigit Oigus se han propuesto responder a esta pregunta a través de la arquitectura, escuchando atentamente los sonidos de la naturaleza en el bosque de Võrumaa, en Estonia. 

Para ello, han escalado un megáfono, elemento que durante tanto tiempo funcionó al servicio de la música. Tres megáfonos gigantes, cuya intención principal es amplificar los sonidos del bosque, y que consiguen modificar el espacio del claro donde se sitúan, convirtiéndolo en un lugar de meditación y relajación. Refugio para excursionistas, o aulas al aire libre o espacio para eventos y conciertos.

Los Ruup, que es el nombre de estas estructuras musicalmente arquitectónicas, responden exactamente al significado de esta palabra en Estonio, sorbo, sorbo de naturaleza y por supuesto de arquitectura. “Los megáfonos se sitúan a una distancia y a unos ángulos determinados para que en el centro de la instalación se cree un efecto de sonido envolvente y único” según Hannes Praks, jefe del departamento de arquitectura interior.

La sinfonía de los bosques, su ritmo, musicalidad y ambientación sonora es tan válida como sucede con la música tradicional, y por ello, merece ser igualmente amplificada y escuchada. Tanto como la arquitectura que genera. O de la que parte.

Arquitectura, naturaleza y música mano a mano, aportándose valor las unas a las otras. Como siempre debería suceder.

¿Podría encontrarnos ante uno de esos extraños casos de difusión de la arquitectura y de difusión a través de la arquitectura? 

 

Foto. Tõnu Tunnel