Arquitectos, decoradores y arquitectos de
interiores en Coruña
Hace un par de fines de semana, como os anunciamos en su correspondiente post, asistimos a la feria “ReforMás”, donde expusimos lo que hacemos. Realmente expusimos todo nuestro trabajo porque siempre se reforma algo, nunca construyes encima de la nada, siempre hay algo que existe, aunque sea un solar vacío.
Una de las cosas que nos sorprendió, después de 3 días atendiendo a la gente que se decidió a pasar por la feria, es que muchos nos hacían una fatídica pregunta:
-¡Ah! Pero,¿hacéis reformas también?
Algunos de ellos incluso apostillaban:
-Pensaba que eso lo hacían los decoradores.
Estando en una feria cuyo nombre es ReforMás ya se nos hacía rara esta pregunta. Sin embargo, este “post” es en pos de dilucidar qué hace cada cual en el mundo de las reformas. (Cuantos artículos llevaba queriendo hacer este juego de palabras…ains)
¿Qué hace un arquitecto, un decorador y un arquitecto de interiores?
Para explicar qué hace cada cual vamos a utilizar un símil. Imaginemos que alguien quiere hacer cambios en su cuerpo, y nos da igual si es por un accidente que se ha quemado parte, o porque por el paso del tiempo la cosa se ha deteriorado, o porque simplemente no nos encontramos a gusto con nuestro cuerpo y queremos cambiarlo. Es decir, queremos hacer una reforma.
La diferencia fundamental entre arquitectos y decoradores, es cómo afrontamos estos cambios, sin entrar a valorar las competencias legales de cada una, que las hay.
Imaginemos el caso de una persona que nace con una pierna más corta que la otra. Llamar a un decorador para arreglarlo viene a ser como si vamos a un centro de belleza para que nos arreglen nuestro problema de acortamiento de fémur. Nos pueden hacer un zapato súper chulo con alza para que no cojeemos, y además diseñarnos un pantalón “over size” que nos disimule el bamboleo, pero la pierna va a seguir midiendo lo mismo. Un arquitecto lo que intentaría es cambiarnos la pierna y operarnos para que podamos tener una pierna proporcionada con nuestro cuerpo. Claro, el arquitecto tiene los conocimientos y las competencias para hacerlo, el decorador no.
Imaginemos una persona con una quemadura importante en el rostro. Un decorador lo puede disimilar con maquillaje y una peluca con flequillo que tape la cara. Un arquitecto haría un injerto que le modificase su aspecto, o intentaría desarrollar técnicas de regeneración de piel o de impresión 3D de piel artificial (cosa que ya existe, por cierto).
En ambos casos, después de la acción de un arquitecto, siempre puedes llamar a un decorador para que te maquille. Entre ambos el resultado será mucho mejor, pero no queramos que el uno soluciones cosas que no puede, ni el otro utilice herramientas impropias.

¿Y los arquitectos de interior y aparejadores?
Si habéis estado atentos al post os preguntaréis: ¿Y los arquitectos de interiores? Bien. Tal y como es la formación en España, ser arquitecto de interiores no es una especialización, sino una des-generalización. Me explico. En la formación de arquitecto de interiores no es que profundicen mucho más en como hacer espacios interiores, sino que les quitan la formación de la parte de exteriores y de estructuras.
Digamos que, siguiendo el símil, es un médico que solo estudia especialidad sin pasar por la carrera de medicina general. Realmente no son cosas imprescindibles para operar en espacios interiores, pero como nos enseñó House, el médico de la
serie, todo conocimiento es poco.
– ¿Y los arquitectos técnicos entonces (los aparejadores, vaya) Bueno, aquí estamos hablado de otra rama de la medicina,
serían enfermeros. Necesarios, pero que no tienen ninguna capacidad ni competencia en el diseño. Son ejecutores, controladores y organizadores, pero nunca creadores.
Bueno, esperamos haber aclarado un poco qué hace cada cual y esperamos haberlo hecho además sin herir la sensibilidad de
nadie, porque todos somos necesarios aunque en nuestro país es difícil encontrar a alguien dispuesto a pagar a todos estos profesionales para hacer una reforma.
En España, el coste de los profesionales con respecto al coste de la obra en reformas está entre el 5 y el 10% del gasto. En
otros países, este porcentaje ronda el 50%, pero esto es harina de otro costal, o harina para otro post…